El fútbol es un deporte que, por su repercusión, se ha convertido en un gran negocio.
Por una parte, es importante tener en cuenta que para practicar el fútbol no es necesario tener grandes instalaciones, es por eso que se practica alrededor de todo el mundo, incluso en países tercermundistas. Por el contrario, hay deportes como el hockey o la natación que, por falta de recursos, no los pueden disfrutar en muchos países.
Y lo que es más, el fútbol es un deporte muy completo, que engloba trabajo en equipo, disciplina, entretenimiento, crecimiento individual y colectivo, emoción, espectáculo, etc.
Por otra parte, es un deporte en el que, debido a su gran trascendencia, se mueven muchísimos millones, y muchas personas quieren su parte del pastel. Así como ocurre con el básquet en la NBA.
En conclusión, no cabe duda que el fútbol es un deporte y, también, un negocio. No obstante, lo que realmente es vergonzoso es que algunos jugadores “profesionales”, cobrando lo que cobran, sean noticia por sus borracheras y salidas nocturnas, y no por sus hazañas deportivas.
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